Energía nuclear en Francia: un desafío por delante

A pocos días de entrar en el invierno, EDF cuenta con sólo 39GW disponibles de un total de 61.4GW de su parque nuclear.  Estas cifras son consecuencia de una serie de sucesos que han tenido lugar desde la COVID 19, golpeando al parque nuclear francés y mermando su capacidad de producción, que en otros tiempos ha representado de manera estable casi un 70% del mix energético del país galo.

En este sentido, durante el reciente mes de octubre la compañía debió recortar sus previsiones de generación para el año 2022 situándola en 280-300TWh, un mínimo histórico que no se veía hace 30 años. De igual manera, estas nuevas previsiones no son precisamente una sorpresa, ya que EDF viene desde hace meses publicando sus previsiones de disponibilidad en el parque francés con una clara tendencia a la baja. Esto es así a pesar de la visión de la compañía, históricamente optimista en cuanto a valores de disponibilidad.

Así las cosas, el panorama para los próximos meses resulta complejo. La disminución de la potencia nuclear disponible se da en uno de los peores momentos posibles, de cara al invierno y con reservas de gas que, si bien se encuentran en gran medida llenas en los diversos países europeos, presentan un futuro incierto desde el inicio del conflicto ucraniano. Para entender cómo hemos llegado a esta situación, conviene repasar los principales eventos acontecidos en estos últimos años.

COVID y confinamientos: el inicio de los problemas

En marzo de 2020, con la declaración de la COVID como pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud, Francia dictó el confinamiento obligatorio a sus ciudadanos el día a partir del día 17 de ese mismo mes. Si bien esto no afectó al normal funcionamiento de las plantas de generación de energía nuclear, lo que sí se vio afectado fue su calendario de mantenimientos y revisiones. Debido a la situación de confinamiento y restricciones a la circulación de personas, los trabajos en diversas centrales fueron reprogramados o pospuestos (incluso la puesta en marcha de una central debió ser aplazada). Luego del confinamiento de marzo, el gobierno decretó en noviembre del mismo año un segundo confinamiento, generando así más contratiempos y retrasos que a la larga resultarían cuanto menos problemáticos. Todos estos retrasos se presentan precisamente en medio del programa «Grand Carénage», un plan propuesto para la mejora de la seguridad y permitir la extensión de la vida útil de los todos reactores franceses más allá de los 40 años, implementado desde el año 2014 y a finalizar en el 2025.

Una vez flexibilizadas estas medidas, las centrales debieron encarar los meses siguientes con calendarios alterados y retrasos. Los efectos de la COVID produjeron una reducción de la demanda eléctrica que permitió atravesar el invierno 21/22 sin mayores complicaciones, sin embargo, la flota nuclear ya comenzaba a mostrar signos de debilidad.

Recuperación postpandemia y nuevos desafíos

Iniciado el año 2021, ya con el programa decenal de mantenimiento en marcha, el impacto de la crisis sanitaria se hizo sentir principalmente en un retraso del calendario de mantenimientos para el invierno 21/22. Esto generó presión sobre el parque nuclear francés a pesar del buen nivel de disponibilidad de la primera mitad del año. En septiembre del mismo año EDF anunció nuevas modificaciones en sus calendarios de mantenimientos, lo cual resultó en una disminución en la disponibilidad durante los últimos meses del año.

Sin embargo, lo que resultaría ser uno de los mayores problemas de EDF en los meses recientes estaría por revelarse. A mediados de diciembre, EDF reportó a ASN (Autorité de sûreté nucléaire, organismo independiente a cargo de la seguridad nuclear en Francia) que unas fracturas encontradas en las soldaduras del circuito de refrigeración de los reactores de Civaux y Chooz (los más modernos de la flota) correspondían a un fenómeno denominado corrosión por tensión (o SCC por sus siglas en inglés).  A medida que las investigaciones avanzaban, se determinó que se debía llevar a cabo una inspección pormenorizada de todos los reactores del parque nuclear para determinar cuáles de ellos estaban afectados. Estas inspecciones, necesarias para garantizar la seguridad de la producción, no hicieron más que aumentar la presión al ya mermado parque nuclear.

Comenzado 2022, en febrero EDF disminuyó sus previsiones de producción de 300-330 TWh a 295-315 TWh, ya que la flota nuclear se estaba viendo fuertemente condicionada por los mantenimientos y las revisiones. Particularmente, las revisiones por el fenómeno de SCC resultan en tiempos de parada difíciles de predecir, ya que primero se debe dejar inoperativo el reactor para realizar las revisiones (lo que ya implica un tiempo de parada) y en el caso de encontrarse indicaciones de existencia de SCC, se debe dejar el reactor fuera de servicio hasta completar las reparaciones debidas si así se entiende necesario.

Durante el mes de agosto, en el marco de una extensa ola de calor que ha azotado Europa, algunos reactores debieron parar su producción debido a las altas temperaturas del agua de los ríos usadas para su enfriamiento, lo que se sumó a un aumento inusual de la demanda debido a las temperaturas extremas. La indisponibilidad nuclear llevó a valores por encima de los 1.000 €/MWh en los precios spot del mes de agosto.

Posteriormente, en el mes de octubre, en un movimiento generalizado de reivindicación por la subida de salarios en Francia, los operadores de 20 centrales (más de un tercio del total) se declararon en huelga. En 17 de estas plantas los planes de mantenimiento se vieron alterados, desde 3 días en algunos casos hasta en tres semanas para las más afectadas.

Para agravar aún más las cosas, en noviembre pasado, la ya mencionada ASN requirió a EDF efectuar reparaciones adicionales a los reactores de una central afectados por SCC. La autoridad basó su requerimiento en el hecho de que había ciertas incertidumbres en cuanto a los controles efectuados por EDF en las soldaduras de las tuberías del reactor y, por lo tanto, estas debían repararse antes de que el reactor pueda volver a ponerse en marcha. Aunque no hay información que indique si esta petición se ha hecho extensiva a otros reactores o no, esto plantea más preguntas en lo que respecta a la evolución del problema creado por el SCC.

Figura 1 : comparación de las previsiones de indisponibilidad hechas por EDF a principios de enero de 2022 y a principios de diciembre del 2022, contrastándola con la visión del operador de la red francesa. Realizado con HES NucMonitor©

La suma de todas estas situaciones nos lleva al contexto actual con un parque de producción en recuperación, pero con un gran desafío por delante. A día de hoy, mediados de diciembre, solo un 63% del parque está operativo (39 GW, correspondientes a 40 reactores de un total de 56). La incógnita sobre la capacidad de EDF de atravesar el invierno con su flota en correcto funcionamiento resta abierta. Los mercados de futuros han sido extremadamente sensibles a esta coyuntura, y como consecuencia de esto los valores para el Q1 2023 han alcanzado niveles de 1.900 €/MWh. Todo esto, a pesar (o quizá por ello), que EDF ha seguido mostrando a través del portal de transparencia una visión muy optimista del futuro retorno a la operación de gran parte de su parque. Y no solo EDF, a finales de octubre el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que contarían con 45 de los 56 reactores operativos para enero del 2023. RTE, el gestor de la red de transporte ha mantenido constantemente una visión mas conservadora de la situación de la disponibilidad nuclear y en el mejor de los casos no preveía más de 46GW de parque operando este invierno. Esta visión es la que finalmente parece imponerse, como se aprecia en la Figura 1.

Todo esto trae aparejado una consecuencia adicional: Francia, un histórico exportador neto de energía en el continente europeo (llegando a aportar casi el 15% de la generación total de la región), va a tener muy difícil poder proveer de energía a los países vecinos este invierno. Ya durante este verano, el sistema eléctrico francés se vio en la situación de importador neto por primera vez en 42 años, debiendo acudir a importaciones desde Alemania y Bélgica, cuando usualmente sería justamente Francia quien estuviera exportando. Esto hace pensar que, si bien el parque productor francés podría recuperarse para afrontar la demanda doméstica durante el invierno, puede que no haga lo propio como para recuperar su status de exportador neto.

En conclusión, a medida que los trabajos de mantenimientos en el parque francés van avanzando se espera la reincorporación de una gran cantidad de centrales al sistema eléctrico en las próximas semanas, por lo que la mira esta puesta en la evolución de estas reconexiones, ya que cualquier retraso podría generar aún más inconvenientes. Por otro lado, no se debe olvidar que el parque de generación nuclear francés tiene una edad media de 35 años y con el paso del tiempo, inconvenientes como el que actualmente se están viviendo a causa del SCC podrían repetirse nuevamente en el futuro, creando nuevos ciclos de tensión en una flota de producción con muchas décadas a sus espaldas.

La incógnita sobre como atravesará el invierno el sistema eléctrico francés está en el aire, sin embargo, si se recuperan las centrales esperadas en las próximas semanas y EDF logra tener bajo control los problemas derivados del SCC, el paso del invierno en Francia podría darse sin mayores inconvenientes. Desde HES elaboramos la herramienta NucMonitor©, que provee útiles actualizaciones bisemanales de la disponibilidad de la capacidad nuclear, que puede ser de gran interés para prever las reacciones del mercado. Los meses venideros resultaran claves para la evolución del parque nuclear francés, ¡les mantendremos al tanto de lo que ocurra!

Danilo Pich Ponti