Tras la consulta pública celebrada del 23 de enero al 13 de febrero, durante la cual los Estados miembros se posicionaron en dos bandos con puntos de vista radicalmente opuestos (ver Newsletter de marzo: Reforma del mercado eléctrico (Parte 2) : los liberales contraatacan), el 14 de marzo, la Comisión Europea publicó su propuesta inicial para la reforma del mercado eléctrico[1]. A la vista de este primer documento, parece que el bando liberal sale victorioso. La propuesta de la Comisión, que describimos a continuación, rechaza un profundo cambio estructural del mercado y se limita a proponer algunas mejoras con el objetivo de reducir la volatilidad de los precios soportados por los consumidores finales y promover el despliegue de las energías renovables.
En respuesta a la crisis energética de estos dos últimos años, la Unión Europea ha ido implementando medidas transitorias como:
- En octubre de 2021, un paquete de medidas para luchar contra los altos precios de la energía, con apoyo a los ingresos, exenciones fiscales…
- En marzo de 2022, regímenes temporales de ayudas estatales para permitir ciertos subsidios a los consumidores.
- En mayo de 2022, el REPowerEU, con un conjunto de medidas con el fin de reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos mediante la mejora de la eficiencia energética y la aceleración del despliegue de energías renovables (ver Newsletter de junio 2022: REPowerEU: ¿están el coste ‘verde’ y el económico en juego?)
La crisis ha mostrado claramente las deficiencias de la estructura de mercado eléctrico actual. La Comisión Europea, las resume en las siguiente lista: (i) influencia extrema de los precios de los combustibles fósiles en los precios de la electricidad; (ii) una baja presencia de los precios de energía renovable de bajo coste en las facturas; (iii) falta de protección de los consumidores finales contra la volatilidad de los precios, (iv) distorsión en las inversiones generada por la alta volatilidad y las intervenciones en el mercado; (v) falta de flexibilidad no fósil; (vi) poca variedad de opciones de contratos de suministro para los clientes, (vii) limitado acceso al uso de energía compartida y (viii) supervisión deficiente del mercado (en contra de potenciales abusos).
Para hacer frente a algunas de estas deficiencias del diseño actual del mercado, la Comisión de la UE, en su recién publicado documento “Revisión del diseño del mercado de la electricidad: propuesta para modificar las normas de diseño del mercado de la electricidad (COD: 2023/0077)” propone lo siguiente:
- Para reducir la influencia de los precios de los combustibles fósiles en las facturas:
- En el mercado intradiario, la hora de cierre debe establecerse más cerca del momento del suministro para aumentar la liquidez e integrar mejor las energías renovables variables.
- En los mercados de electricidad a corto plazo, reducir el tamaño mínimo de la oferta para permitir la participación de proveedores de servicios de flexibilidad a pequeña escala.
- Permitir que los Gestores de Redes de Transporte (GRT) adquieran productos de nivelación de picos para maximizar la integración de la respuesta del lado de la demanda.
- Implementación de centros virtuales regionales, cada uno con su propio índice de precios de referencia que asegure una adecuada correlación de precios entre diferentes zonas de oferta, para incrementar la liquidez y limitar la fragmentación del mercado.
- Ofrecer derechos de transmisión a largo plazo, asignar capacidad interzonal de forma regular y proponer transacciones de los derechos de transmisión financiera con vencimientos frecuentes (desde un mes hasta al menos 3 años como mínimo).
- Permitir que los operadores del mercado ofrezcan productos de cobertura a futuro accesibles a los participantes del mercado.
- Conferir prioridad a la eólica marina para recibir compensación por congestión.
- Para mejorar la protección de los consumidores finales contra la volatilidad de los precios:
- Permitir a los consumidores tener más de un contrato simultáneamente (fijo y/o dinámico), ampliar las opciones de los consumidores y aumentar la claridad en los contratos.
- Fomentar el acceso al uso compartido de energía entre los consumidores (consumo colectivo de electricidad autogenerada o almacenada inyectada en la red por más de un cliente activo).
- Asegurar que los comercializadores implementen estrategias de cobertura adecuadas para limitar los riesgos de volatilidad en sus contratos y así proteger a los consumidores finales.
- Obligar a los Estados miembros a designar a un proveedor de último recurso para los consumidores.
- Permitir intervenciones públicas en la fijación de precios durante períodos de crisis. La Comisión Europea debe definir unas condiciones para la existencia de tal crisis. Las medidas de intervención tendrán restricciones o condiciones específicas.
- Para mejorar las señales económicas en las inversiones a largo plazo:
- Mejorar el acceso a PPAs a largo plazo para clientes más pequeños, protegiéndolos contra los riesgos financieros asociados a este tipo de contratos.
- Para nuevas inversiones[2] en energía eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica con embalse y nuclear, implementar contratos bidireccionales por diferencias financiados con fondos públicos, donde los excedentes se distribuyan entre los clientes finales en función de su participación en el consumo.
- A fin de reforzar la flexibilidad no fósil:
- En ausencia de sistemas de medición inteligentes, los GRT deben utilizar datos de dispositivos de medición dedicados para la observabilidad e instalación de servicios de flexibilidad y respuesta a la demanda, incluidos los de los sistemas de almacenamiento.
- Añadir funciones extras a los mecanismos de capacidad para mejorar la participación de la flexibilidad no fósil. Cuando no exista un mecanismo de capacidad, implementar pagos por la capacidad disponible de flexibilidad no fósil.
Sin duda, esta reforma del mercado eléctrico responde a una necesidad urgente. Aunque la propuesta inicial está lejos de ser la solución definitiva, se centra en algunos puntos clave que el mercado debía considerar tarde o temprano.
Nuestro mercado eléctrico tal como lo conocemos hoy en día se diseñó en un entorno muy diferente al actual, en un contexto de exceso de capacidad, que requería señales adecuadas a corto plazo, con precios estables y tecnologías de bajo coste fijo. La situación actual dista mucho de la de diseño. El mix energético cambia a toda velocidad hacia una generación renovable con coste marginal bajo, mientras los márgenes de reserva desaparecen. La crisis actual ha permitido mostrar una instantánea de la volatilidad extrema del mercado eléctrico. En un futuro, con mayor cuota de renovables, pasaremos constantemente de precios nulos, incluso negativos, a valores muy elevados. Para evitar este estrés tanto en consumidores como en productores, se deberían implementar mecanismos eficientes de largo plazo sin afectar las señales de precios a corto plazo, que por otro lado funcionan correctamente. Esto mismo es lo que busca la Comisión con su propuesta.
El siguiente paso es la concertación entre los Estados miembros el Parlamento Europeo y la propia Comisión. Las discusiones ya han comenzado y, tal como cabía esperar, lograr que los diferentes países lleguen a un consenso no será pan comido.
Durante una reunión celebrada el 29 de marzo entre los ministros de energía de los Estados miembros, algunos países ya han expresado su desacuerdo con la propuesta de la Comisión de incentivar los Contratos por Diferencias (CfDs) bidireccionales financiados por las entidades públicas. Por una parte, España, los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Luxemburgo ven una problemática en soportar los déficits cuando los precios del mercado no alcancen los niveles de referencia de los CfDs, sobre todo considerando que, cuando los precios son mayores, el excedente se redirige a los consumidores finales. Por su parte, Alemania cree que la conclusión de estos CfDs podría agregar rigidez al mercado. Finalmente, Austria, en oposición a los intereses franceses, se muestra en contra de la posibilidad de que la generación nuclear participe en este tipo de esquema retributivo. A la luz de estas primeras impresiones, parece que la Comisión debería permitir más libertad a las entidades públicas en la aplicación de medidas de apoyo a las inversiones en renovables.
Si bien sólo nos queda esperar y ver cuál será el resultado final de la reforma del mercado, ya podemos concluir que, por ahora, la balanza se inclina más a favor de la facción liberal. La propuesta de la Comisión rechaza cruzar algunos límites, como la modificación de la estructura marginal del mercado eléctrico, que parece adecuada a corto plazo, y prefiere centrarse en mejorar la protección de los consumidores y el mercado a largo plazo para proporcionar mejores señales de inversión y reducir la volatilidad.
Será interesante ver cómo se desarrollan las discusiones futuras, cómo resultará la forma final de esta propuesta inicial y cómo los diferentes Estados miembros se adaptarán a ella. Desde Haya Energy Solutions, les mantendremos informados.
Guillermo Llanos Macias
[1] Proposal for a regulation of the European parliament and of the council
[2] Estas nuevas inversiones incluirían inversiones en nuevas instalaciones de generación de energía, repotenciando las existentes, extendiéndolas o prolongando su vida útil.