El martes 21 de diciembre, comenzó oficialmente la temporada de invierno. Sin embargo, para Europa, y en lo que a los mercados energéticos se refiere, esto se traduce en tiempos caóticos. Las grandes empresas eléctricas están abandonando los combustibles fósiles a favor de las fuentes de energía renovables. Dado que estas últimas no son gestionables debido a su naturaleza, la producción de electricidad depende cada vez más del gas para satisfacer fluctuaciones de la demanda. A esto hay que añadir que el GNL se envía principalmente a Asia para satisfacer una sed de energía cada vez mayor, que Rusia – el principal proveedor de gas de Europa – está controlando su suministro para así presionar a la Unión Europea en la crisis ucraniana, y el gasoducto Nord Stream 2 está ya listo (e incluso lleno de gas) para operar y de esta forma aliviar la situación. Todo ello ha provocado un aumento sin precedentes de los precios del gas y, por ende, de la electricidad en toda Europa. Además, y por si fuera poco, Francia recibió un regalo de Navidad anticipado… y de amargo sabor: durante una inspección, se descubrieron grietas en las tuberías de un reactor nuclear y EDF tuvo que cerrar dos de sus centrales nucleares más importantes (Chooz y Civaux) con una capacidad total de 6GW. Todo ello podría poner en peligro el suministro energético de Francia durante este invierno.
El creciente nerviosismo al que da lugar esta situación se ha puesto claramente de manifiesto en los mercados: para los contratos con entrega en enero, el gas ha subido un 7,7% y alcanzado un nuevo máximo. Actualmente, numerosos países europeos están pagando más de 400 EUR/MWh por la electricidad. Entre ellos, Francia es el país que más perjudicado ha resultado.
Es importante recordar que, en Francia, la energía nuclear es la fuente de energía primaria predominante a la hora de producir electricidad: representa alrededor del 70% del mix de generación eléctrica. Esto significa que los precios de electricidad dependen en gran medida del buen funcionamiento de las centrales nucleares. Las fluctuaciones de producción del parque nuclear francés dan lugar de inmediato a variaciones de precios en el mercado de futuros de la electricidad y que, en última instancia, tienen un impacto significativo en la factura de los clientes finales. Y EDF ha sobrestimado la disponibilidad de su parque nuclear en varias ocasiones, tal y como ocurriera el invierno pasado (artículo de HES, febrero de 2021).
Figure 1. Evolución de las previsiones de disponibilidad nuclear en Francia para el primer trimestre 2022
La evolución observada muestra una falta de disponibilidad de las centrales nucleares debido a la ausencia de los 4 reactores nucleares mencionados anteriormente. El programa de mantenimiento del parque nuclear ya era especialmente intenso para esta temporada de invierno, sobre todo porque se vio interrumpido por la pandemia de Covid-19. Todo ello ha llevado a RTE a pronosticar la disponibilidad del parque nuclear francés para enero de 2022 en un rango de entre 43GW y 51GW – el nivel más bajo jamás alcanzado para este periodo del año – y a “prepararse para operar el sistema en condiciones de deterioro”. Y, si no fuera ya suficiente, EDF ha reducido recientemente sus previsiones de generación nuclear en Francia para 2022 en 30 TWh, hasta los 300 – 330 TWh, tras encontrar el mismo problema en otro reactor (Penly 1) que también ha sido parado. Esto ha tenido un impacto significativo en la confianza de los inversores en EDF, que perdió más del 20% de su valor de mercado el pasado viernes.
Las consecuencias de esta situación serán tanto económicas como sociales. El precio de la electricidad por megavatio-hora en Francia se ha disparado hasta límites insospechados, tal y como puede apreciarse en el siguiente gráfico. Estas curvas muestran cómo los precios de la electricidad para el primer trimestre de 2022 han evolucionado a lo largo de 2021. Así, y en lo que a la demanda se refiere, los actores de mercado que cubrieron sus posiciones a largo plazo no se habrán visto afectados por este cambio inesperado. Por otro lado, los compradores de electricidad que habían decidido esperar para actuar, podrían, sin duda, ver su situación comprometida por estos cambios.
Figure 2. Precios de los contratos de electricidad para el primer trimestre de 2022 en Francia
Se puede observar cómo, a principios de 2021, la electricidad para entrega en el primer trimestre de 2022 estaba disponible a unos precios medios de aproximadamente 100 EUR/MWh, dado que los efectos de la subida de precios del gas no empezaron a notarse en el mercado energético francés hasta principios del mes de septiembre. Es, en ese momento, cuando se observa un aumento gradual de los precios, que fluctúan entre 200-400 EUR/MWh para los contratos en base y 300-500 EUR/MWh para los contratos en pico, desde septiembre de 2021 hasta noviembre de 2021. No fue hasta mediados de diciembre – cuando surgieron los problemas de seguridad y Civaux y Chooz fueron retirados de la red – cuando las curvas de precios muestran un comportamiento mucho más notable. La ausencia inesperada de casi 6GW de disponibilidad nuclear provocó un aumento de precios sin precedentes, con el contrato en base alcanzando más de 700 EUR/MWh y el contrato en pico alcanzando cantidades astronómicas, alrededor de 1000 EUR/MWh.
Con los mercados energéticos en máxima tensión, los precios de la electricidad disparándose en toda Europa y el precio del gas natural – la alternativa natural a la energía nuclear como refuerzo para el sistema – disparándose, la parada de los cuatro reactores se produce en el momento más crítico del invierno, es decir, en la época de mayor actividad del año debido a la gran demanda de electricidad (y gas) para uso de calefacción. Por tanto, existe un riesgo muy alto de que el suministro eléctrico se vea comprometido en caso de que se produzca una ola de frío.
EDF tendría que gastar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en 2022 para comprar de nuevo parte de su cobertura eléctrica y compensar así el cierre de sus cuatro reactores nucleares. Y es esto, precisamente, lo que se teme al más alto nivel del Gobierno. El Gobierno francés afirma estar preparado y estar trabajando en una serie de medidas para afrontar la tormenta que se avecina, pero lo que realmente tiene en mente son las próximas elecciones presidenciales.
En conclusión, Francia se enfrenta a una temporada de invierno arriesgada debido a los problemas de disponibilidad de la energía nuclear, además de una difícil situación energética a nivel europeo. Está claro que ni el problema nuclear ni los problemas energéticos se resolverán a corto plazo, pero confiar en un parque nuclear envejecido para garantizar el suministro energético del país ya no parece ser una solución adecuada. Dados los últimos acontecimientos sobre la disponibilidad nuclear y el hecho de que muchos reactores se someterán a inspecciones decenales en los próximos meses, sería recomendable seguir de cerca la evolución de este asunto. La herramienta NucMonitor© de HES proporciona una actualización semanal de la disponibilidad de la capacidad nuclear, y puede ser muy útil para prever cualquier reacción del mercado. Los próximos tres o cuatro meses podrían tener consecuencias inesperadas para todas las industrias, especialmente para aquéllas cuya política de suministro energético no les permitió cubrir sus posiciones. ¡Les mantendremos al tanto!
Siraj Adila & Manuel Dominguez